La toma de probióticos pueden ayudarte a reducir muchas de estas consecuencias, y en concreto las bifidobacterias, que suelen incluirlos. Su papel ha sido revisado y publicado por un grupo de investigadores españoles (Hidalgo-Cantabrana y col, 2017; MicrobiolSpectr 5(3)), en el que destacan su importancia.
La bifidobacterias son las primeras pobladoras de nuestra flora intestinal y conforman el mayor porcentaje de bacterias de los lactantes, y aunque su porcentaje se va modificando y reduciendo, tienen un papel muy destacado en la conformación de la microbiota y en el sistema inmune.
De ahí que sería muy importante que tras un desequilibrio o alteración gástrica, se pudiera recomponer con la ingesta a través de los diferentes alimentos como el yogurt, la soja o el queso.